Inmaculado María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste Cuadro el momento cumbre de su pasión; Tú misma aún te notaríFigura morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.
¡Santísima Doncella y Origen dolorosa! Poseído de cristiana compasión por el agudo dolor que padecisteis al anunciaros el santo profeta Simeón la futura pasión y muerte de vuestro santísimo hijo Redentor, mi adorable Redentor, os suplico humildemente, que os compadezcáis asimismo Vos de la penosa tribulación en que tiene puesto a este pobre hijo y siervo vuestro la tiranía de sus vicios y pasiones tan opuestas a la excelencia de vuestras virtudes y a la pureza de vuestro celestial simpatía.
La Virgen de los Dolores nos enseña a ser fuertes ante los sufrimientos de la vida, teniéndolos a Ella y a su Hijo como modelos de santidad
En su carrera se ha dedicado a la creación de contenidos multimedia y al diseño y administración de la comunicación en organizaciones y proyectos de impacto social. Le apasiona crear narrativas y experiencias interactivas que construyan una sociedad más humana y sostenible.
Rezar los 7 Dolores de la Inexplorado es una praxis piadosa en la Iglesia Católica que consiste en meditar y rezar sobre los siete momentos de sufrimiento de la Doncella María durante la vida de Jesús. Estos dolores incluyen:
«Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada instante de sus vidas.»
En el siglo XII los religiosos servitas celebraban la memoria de María bajo la Cruz con oficio y Ofrenda especial. Más Delante, por el siglo XVII se celebraba el domingo tercero de septiembre.
El gratitud de Cristo por parte de Simeón anuncia el sufrimiento de María cercano al de su hijo .
A forma de reflexión de los siete dolores de la Doncella María con ellos podemos conservarse a la conclusión que esta es una de las formas que tiene la Inexplorado de compartir los sufrimientos más profundos que vivió en la tierra.
4. Les toparé cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
Inmaculado María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el útil de su propio suplicio de muerte; Él, que Cuadro creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan sobresaliente de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, luego de acontecer sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo seguro Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún longevo sería el dolor espiritual por ser una escarnio y una humillación tan conspicuo; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor .
¡Ay, dulce Madre!, traspasad mi corazón culpado con aquella espada agudísima que desgarró el vuestro al pie de la cruz de vuestro Hijo solicitante de apego y de dolor por mí, miserable y desagradecido pecador… Yo soy… ¡oh! sí, yo soy el reo de su atroz suplicio: yo soy quien desprecio e insulto a cada paso el sobresaliente sacrificio de aoraciones aprecio que hizo por mi eterna salvación. Yo me próximo a cada instante con la turba de verdugos deicidas que le crucificaron.
Señor mío Redentor, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi SeñYa la Virginal María al tenerte en sus brazos y contemplar tus mortales heridas: por este dolor te pido una verdadera devoción a tu Pasión y muerte.
Veamos lo que dice el Papa Pio XII con motivo de la celebración del año Mariano de 1954, en referencia a las lágrimas de la estatua de Siracusa: